El cerebro va cambiando a medida que pasa el tiempo, junto con sus funciones cognitivas. Una de las condiciones más temidas del envejecimiento, es el deterioro de éstas funciones. Sin embargo, es posible proteger el cerebro, y lograr un buen desempeño e incluso rejuvenecerlo.

Estimulación cerebral

Diversas investigaciones han mostrado que ejercicios de estimulación cerebral favorecen a la creación de nuevas conexiones entre neuronas. Además, el cerebro crea células nuevas, lo que se conoce como Plasticidad Neuronal (o Neuroplasticidad) y así se produce una reserva funcional que protege contra la pérdida de células.

Hay varias actividades mentales que ayudan al desarrollo del cerebro a cualquier edad. Leer con frecuencia, desarrollar problemas matemáticos, vincularse paulatinamente con las tecnologías, practicar juegos de razonamiento y el  simple aprendizaje de algo nuevo, ayuda al mantenimiento del cerebro. También existen programas sistematizados para la estimulación cognitiva que apuntan a mejorar el funcionamiento cerebral.

Controlar las enfermedades

Los niveles altos de colesterol, la diabetes y la hipertensión aumentan el riesgo de que el cerebro se deteriore en la vejez. A estos se les llama factores de riesgo en el deterioro cognitivo. Introducir y mantener hábitos saludables protege contra estas enfermedades inflamatorias y redue las posibilidades de sufrir un deterioro cognitivo.

Llevar una alimentación saludable

Mantener una alimentación saludable que aporte los nutrientes que el cuerpo necesita ayuda también al cerebro. La alimentación no solamente incide en el organismo, sino también en la calidad de conexiones nerviosas. Un estilo de alimentación que se recomienda es el mediterráneo, el cual pone especial énfasis en el consumo de vegetales, frutas, frutos secos, pescados y aceite de oliva. El consumo frecuente de aguacate, aceite de oliva, pescados de aguas profundas, vegetales verdes, entre otros, ayuda a proteger la salud del cerebro, teniendo menos probabilidades de sufrir Alzheimer y deterioros cognitivos.

Hacer actividad física

Se ha descubierto que el ejercicio es un buen aliado para la memoria. Se resalta en particular la activación de una molécula conocida como factor neurotrófico, derivado del cerebro. Pertenece a las neurotrofinas, una familia de proteínas que favorecen la resistencia de las neuronas, incluso en edades avanzadas.

Hacer actividad física de manera regular mejora la irrigación de sangre en el cerebro. Así éste recibe los nutrientes que necesita para optimizar su funcionamiento. El ejercicio aumenta las conexiones entre las células cerebrales a la vez que estimula el desarrollo de células nerviosas nuevas.

Tener una vida social activa

La vida social aumenta la confianza en uno mismo y mejora la salud tanto física como mental. Se ha visto que socializar, tener relaciones profundas con otras personas, familia, amigos y comunidad, está asociado con menor riesgo de demencia y reducción de presión arterial. Esta es una característica de las comunidades con personas más longevas del mundo.

Controlar el estrés

El estrés impacta en todo el organismo, incluido el cerebro. Cuando no hay un adecuado manejo de estrés, se mantienen elevados los niveles de cortisol, teniendo un impacto negativo en la estructura cerebral. Ello puede afectar el rendimiento de diferentes funciones, particularmente la función de memoria. Si esto sucede de manera crónica, el riesgo de deterioro cognitivo aumenta. Por eso, se recomienda tener una rutina de relajación y manejo de estrés, acudir a terapias adecuadas para cada caso y mantener un buen estado emocional. También es importante tener sueños reparadores que favorezcan un buen descanso.